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Banner Saga: El Arte de Hacerlo Sencillo

  • Foto del escritor: liserguia
    liserguia
  • 31 may 2018
  • 4 Min. de lectura

Si bien me agradan los juegos tácticos, por lo general no es esa mi primera elección. Lo que sucedió con The Banner Saga fue que vi la imagen de portada y quedé conquistada por la estética. Realmente no sabía si lo iba a disfrutar o no, pero tenía que conocer ese mundo lleno de ilustraciones, colores y cánticos vikingos.



The Banner Saga podría considerarse tranquilamente un juego indie, ya que si bien el género original es estrategia por turnos, los desarrolladores fueron 3 hombres que habían trabajado previamente para BioWare, creando su propia empresa desarrolladora de video juegos llamada Stoic. Si bien es un juego corto, tiene muchos detalles a considerar y quiero detallar todos y cada uno de ellos, porque realmente merece que le den una oportunidad.


La Trama y las elecciones

La historia no tiene uno sino varios factores que influyen positivamente en cualquier jugador: las decisiones son constantes y repercuten directamente en la historia inmediata, en la lejana y en el porvenir de los personajes. A los 5 minutos de jugar se pueden morir personajes realmente útiles; esto provocó que en muchas oportunidades comenzara el juego de nuevo o cargara partidas de eventos bastante lejanos; si bien puede parecer frustrante, de a poco vamos enganchándonos en la mecánica y esto provoca que indefectiblemente prestemos mucha atención a la historia, la cual es hermosa. El juego está ambientado en el antiguo mundo de los vikingos con adicionales de fantasía, una raza denominada los Dredge atacan pueblos y la situación se complica para dos grupos que desde el principio sospechamos están destinados a encontrarse; manejaremos alternativamente caravanas de Varls (vikingos gigantes) y humanos, donde no sólo tendremos que estar atentos a nuestra imagen de liderazgo en el grupo, la moral del mismo, las raciones que se gastan, los mini encuentros de batalla y los acontecimientos políticos que ocurren en el medio. Si bien es un juego corto, dan ganas de jugarlo otras veces y tiene dos posibles finales.


La batalla

El sistema de batalla parece sencillo pero no lo es tanto, la curva de aprendizaje del mismo es bastante flexible aunque no deja de ser desafiante y muchas veces difícil al extremo. Cada personaje tiene habilidades que hacen crucial el pensar bien el orden en el que actuarán, la posición desde donde inician la batalla y hacia donde se dirigen. Además, los stats de batalla juegan un rol importantísimo en el balance de escudo y vida, haciendo que tengamos que cotejar a cuál de los dos debemos apuntar a la hora de atacar a un enemigo. Esto lo vuelve más realista que otros juegos tácticos. Puede que pasemos una hora en alguna contienda que a simple vista parece sencilla. El juego además nos provee la posibilidad de entrenar cada vez que el grupo descansa y de este modo experimentar tácticas útiles para el futuro. La IA del juego es astuta y por esto cada movimiento se tiene que pensar con mucha cautela.


Música

La música tiene detalles muy bien pensados no solamente por el manejo de su vínculo con la cultura escandinava, sino que además cuenta con autores de renombre en cuanto a música de juegos como Austin Wintory, compositor de la música de Journey. Otros artistas musicales del under de los video juegos están presentes y por si esto fuera poco, las elecciones de los temas están perfectamente ubicadas en referencia a los eventos que acontecen en la historia; algo que puede parecer un detalle menor, pero en un juego donde la mayoría de los diálogos se leen y no existen las voces, es vital para generar un efecto envolvente en la historia.


Arte

Todo en este juego es estéticamente bello, de alguna forma por momentos se siente como si estuviéramos jugando en una película de Disney de los años 80/90, de hecho no me parece casualidad que aparezca un personaje llamado Eyvind, compartiendo el nombre con su tocayo de apellido Earle, creador del arte de la Bella Durmiente del 60, solamente que con mucha más crudeza. Se toca constantemente la temática mitología nórdica, particularmente me gustó muchísimo que en la peregrinación de los personajes aparezcan ciudades míticas, leyendas y mi detalle favorito: los hitos de piedra, nos vamos cruzando con diferentes piedras de excelente diseño que representan las deidades antiguas mencionadas en las Eddas nórdicas.


Conclusiones Generales

Si bien The Banner Saga recibió algunos galardones en el mundo del gaming, considero que no llegó a obtener la recepción que se merece. El juego es corto y deja al sus jugadores con ganas de más (algo que de todos modos se resuelve con la salida del Banner Saga 2), pero tiene todos los factores necesarios para cumplimentar el objetivo de ser un excelente juego. Algo que se contempla en TBS es que parece que todos los detalles están muy bien cuidados, por ende, genera la sensación de que lo disfrutaremos a cada momento. Las situaciones pueden ser fantásticas pero no deja de ponernos en constante tensión tener que decidir correctamente por nuestra caravana y sobre todo las raciones que tienen para comer. Todas las faltas que hubiera tenido el juego por ser desarrollado en un estudio pequeño están suplidas con enormes virtudes del juego en general, concluyendo al mismo como una verdadera obra de arte, hecha con esmero y que promete otras oportunidades de rejugarlo.

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