IRSE al ISER
- liserguia
- 6 jun 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 13 jun 2018
o la aventura de llegar a la clase de guión

Esto no es pura cháchara, es verdá verdá: los cuerpos ocupan un lugar en el espacio. Acá en la Tierra somos importantes porque ocupamos lugar y ese lugar no es siempre el mismo. Además, mientras uno esté en un lugar, ese lugar no puede ser ocupado por otro. Ahora bien, Línea C, estación Retiro, a las 18:00. Increíble forma de viajar. Ahí te das cuenta empíricamente de lo que significan esas frases de la física o la metafísica expuestas anteriormente.
Resulta que yo vengo de un lugar donde si tenés que ir a las cinco a cualquier punto de la ciudad, agarrás la bicicleta a las cuatro y cincuenta, y salís a todo viento a conquistar el mundo. El cuerpo liviano, nadie empujándote, la calle despejada, los árboles te saludan.
Pero un día llegué al ISER (en bici no, más bien llegué remándola). Y el ISER está en el medio de las estaciones más importantes de Buenos Aires (qué de Buenos Aires… del país!). Justo ahí donde paran todos los trenes y los colectivos y donde se abre, como un rectángulo azul oscuro, la boca omnívora de la línea C del subte.
Una principiante en subte
Las primeras veces que me subí, me daba tos o risa, pero me aguantaba… venir tan apretada con tantos desconocidos, defendiendo el cuerpo solamente con el lugar que ocupa... es loco, no?
Y todos tan adaptados a esa forma de andar, quizás riéndose de mí, porque acá si no hacés lo mismo que todos, se dan cuenta enseguida que venís de otro lado, que no sabés usar la SUBE ni de qué lado tenés que esperar y se ríen o se exasperan. Bueno, para que sepan, a mí también me exaspera tener que subir a un lugar que ya está ocupado y que si no subo me quedo en el andén hasta las diez de la noche, cuando tengo que entrar al ISER a las seis, okey?
Una vez que bajás, tenés que subir, y para subir por la escalerita que debiera ser más ancha claro (sobre todo a las seis de la tarde), tenés que hacer resistencia vertical para que alguien no camine encima de tu espalda y poder pisar los escalones con los pies y no con los codos o las manos.
Luego salir a la vereda, y en lugar de aire fresco sentir olor a frito y a gente, y seguir caminando, encontrado ese lugar único que sólo vos podés ocupar, hasta llegar a la escalerita escondida, mirar un poco arriba y cerciorarse que el cartelito sigue ahí como una bandera a cuadros diciéndote “llegaste”.
Entonces, voy a la cuestión que hoy nos reúne en este texto: irse al ISER es arriesgado, ya no tenés el manubrio y los pedales, vas sobre rieles sin ver lo que hay adelante. Te debés unir a la muchedumbre tratando de conservar lo singular, haciendo tu propio camino, ocupando el mínimo espacio disponible sin usurparlo. Y así…
YJ
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